A veces da la sensación de que en cuanto recibes tu sueldo y pagas tus facturas te quedas sin un duro. Enfrentarse a las deudas y vivir de cheque en cheque puede ser estresante y llevarnos a hábitos de gasto aún peores. Peor aún, cuando surge un imprevisto, como una lavadora estropeada o un coche echando humo en la cuneta, puede suponer un verdadero problema y una auténtica lucha por conseguir el dinero que necesitamos.
A veces, hacer frente a las deudas puede parecer un agujero interminable y frustrante del que no se puede salir. La verdad es que puedes hacerlo y lo harás, pero no será fácil. Sé sincero contigo mismo sobre lo que necesitas. He aquí algunos trucos para hacer frente a las deudas y alcanzar la libertad financiera.
Haz inventario del destino de tu dinero: Es fácil pillar un bocado aquí, un derroche allá y a final de mes sentirte absolutamente aturdido cuando te quedas sin dinero. Gastar dinero es fácil, así que conviene tomarse un mes y hacer un seguimiento. Guarde sus recibos o descárguese un programa informático que le ayude a llevar el control de sus gastos.
Decide lo que realmente necesitas: Es fácil olvidar cuántas suscripciones tiene hasta que las enumera. O quizá no tenías ni idea de que te gastabas 200 dólares al mes comiendo fuera durante la semana. Todos podemos encontrar momentos en los que deberíamos haber sido más considerados con nuestros gastos. Mire su lista y decida de qué puede prescindir y luego aplique esos ahorros a su deuda. Incluso 50 dólares al mes te ayudarán. Ya tienes tu pala para empezar a cavar para salir de ese agujero.
Pasa el dinero de una factura a otra: Después de pagar una factura te sientes ligero y realizado. Empieza pagando la factura más pequeña o la que tenga el tipo de interés más bajo. A medida que la vayas pagando, transfiere todo ese dinero a la siguiente. Es como un tren que te ayuda a retomar el control de tu vida. Cada victoria añade más dinero a la siguiente factura y te saca de ese agujero más rápidamente.
Cuando dejas que las deudas se descontrolen, es difícil conseguir las cosas que necesitas, como esa lavadora nueva o ese coche nuevo de segunda mano. Gastar dinero cuando debes dinero puede parecer contrario a la intuición, pero, por ejemplo, si puedes comprar un vehículo usado en estado como nuevo, ahorrarás dinero a largo plazo. Al financiar un coche con el concesionario, reconstruirá su crédito pagando puntualmente las bajas cuotas del préstamo y conduciendo un coche fiable.
Estas sugerencias pueden parecer sencillas, pero no siempre son tan fáciles de cumplir. Sólo tú sabes lo que necesitas y lo que quieres. Si quieres libertad y responsabilidad, coge esa pala y cava. Te sentirás mucho mejor cuando todo haya terminado.